GALLETAS DE LAVANDA

   
   Nunca me ha gustado la colonia con olor a lavanda, tengo que decirlo. Sin embargo la flor de lavanda me parece preciosa, tiene un color increible. La naturaleza tiene esas cosas, estamos rodeados de maravillas y sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor.

   Así que cuando Elisa del blog Olor a jazmín propuso un concurso donde había que presentar recetas donde las protagonistas fueran las flores, mi cabeza empezó a dar vueltas y se me ocurrieron un montón de opciones, además se pueden presentar tantas recetas como queramos, así que os animo a visitar su blog y a participar.  Con esta receta participo en su concurso.

 
   Además las patrocinadoras del concurso son las encantadoras Susana y Mariló de La Casita Dulce de las Flores.

   Tenía un ramillete de lavanda y se me ocurrió hacer galletas a ver que tal, había visto una receta hacía tiempo en uno de mis libros (ya no me acuerdo cual era) y entonces decidí ponerme a ello. Tengo que decir, que a mis conejillos de indias (incluidos los compañeros del trabajo) les ha gustado bastante. Tienen un sabor peculiar, diferente y muy agradable, son ligeras y se comen solitas. Os dejo la receta y ya me direis.

  

   Ponemos en la batidora 50 g de azúcar extrafino y una cucharadita de hojas de lavanda picadas y los batimos hasta que esté la lavanda bien fina. Añadimos 120 g de mantequilla a temperatura ambiente y media cucharadita de esencia de limón. Mezclamos hasta que quede una consistencia ligera. 

   Echamos un poco de colorante morado y le vamos agregando a cucharadas 175 g de harina de trigo tamizada, hasta que quede una masa firme.

   Envolvemos en film y dejamos reposar en la nevera una media hora para que sea más fácil manejarla.

   Extrendemos una lámina de papel vegetal, ponemos la masa encima y colocamos otra lámina de papel encima. Presionamos con un rodillo de cocina hasta que tenga el grosor que queremos.

    Con un cortapastas, vamos haciendo las galletas que pasaremos a la bandeja del horno (forrada con otro papel) con la ayuda de una espátula o rasqueta, cuidado que son muy blanditas.

    El horno lo tendremos precalentando a 150º. Pinchamos las galletas con un tenedor y las horneamos durante 10 minutos.

    Las dejamos enfriar en una rejilla metálica.