MERENGUE DE CARAMELO (ITALIANO)

    

   Tenía una espinita clavada con el merengue. Tengo un super robot, marca kenwood y no terminaba que quedarme con debe estar, con picos y tieso como un ajo.

   Mi madre me enseñó a hacer el merengue a mano y para comer inmediatamente está estupendo, pero claro, para decorar tartas, cupcakes, etc, pues no sirve.

   Así que andaba a la búsqueda del merengue perfecto, cuando me encontré con el blog de Sara  que además de tener la receta que buscaba, tiene un montón de joyas, os lo recomiendo.

    Lo intenté una primera vez y se vé que no conseguí el punto de bola a que ella se refiere, por lo que,  muy lejos de rendirme, otro día que me encontraba inspirada, volví a intentarlo.  No he hecho un paso a paso, porque no sabía si me saldría, pero os recomiendo el de Sara que es perfecto.

   Esta vez me propuse no impacientarme (es un defecto que tengo) y esperar a ver las dichosas bolas, así que cuando ya creía tenerlas, me dije: Un poco más... otro poco más... y así el almíbar empezó a tomar color de caramelo y sin comerlo ni beberlo, dí con una receta espectacular.

   Ponemos 300 g de azúcar con un vaso de agua en un cazo al fuego, sin remover y sacamos 4 claras de huevo a temperatura ambiente (deben estar fuera de la nevera al menos una hora antes)

   Empezamos a montar las claras en un bol de acero completamente libre de grasas (si no, no subirá el merengue) a velocidad media. Pasados 5 minutos, el almíbar empieza a burbujear, nosotros ni caso, sin remover.

   Cuando las claras estén semi montadas, le ponemos 100 g de azúcar a cucharadas, poco a poco y en forma de lluvia.

   Pasados  10 minutos, el almíbar empieza a tomar color y las claras tienen aspecto de merengue (este sería un merengue francés). Las burbujas del almíbar ya son más grandes y su color es acaramelado, es aquí donde debemos introducir una espumadera hasta el fondo del cazo y al sacarla y soplar (con mucho cuidado) deberían formarse bolitas en los agujeros de la espumadera. Este es el punto de bola. Os recomiendo poner a alguien a mirar si salen las dichosas bolas, porque es difícil soplar y mirar.

   En este punto Sara empieza a mezclar el almíbar con el merengue, pero yo, dispuesta a que esta vez saliera sí o sí, lo dejé más rato, hasta que se tenía color de caramelo.

   Es entonces cuando empezamos a verter de manera continuada y con un hilo, el almíbar dentro del bol del merengue sin dejar de batir, ahora un poco más rápido, vereis que el merengue se pone inmediatamente de color marrón claro. Una vez se nos acabe el líquido del cazo, debemos seguir batiendo al menos 10-15 minutos más. Yo fuí probando y si no estaba consistente, le seguía dando caña, así hasta que quedó:  EL MERENGUE PERFECTO! Mirad sus picos y la prueba de ponerlo boca abajo y quedarse ahí quieto.  
   Que sepais que hemos hecho un merengue ITALIANO, al caramelo.

   Muchas gracias Sara, lo encontré.