FABADA ASTURIANA ... DULCE

   Cuando Isabel del blog Aliter Dulcia propuso para su concurso recetas asturianas, lo primero que se me vino a la cabeza fue la fabada, vaya supongo que como a la mayoría, puesto que es la receta más famosa del principado, así que pensé que la haría alguien seguro y desheché la idea. Pero después mi amiga también asturiana Ana me habló una receta de fabada dulce hecha con mazapán, que viene en un libro que ella tiene de recetas  típicas de Asturias y tuvo la gran amabilidad de escanearme y enviarmela por mail. 
   Así que dicho y hecho, como yo sé que Isabel siempre espera de mí algo dulce, pues desde el sur le voy a enviar para su concurso este plato asturiano donde los haya y además dulce, que más quieres? 

   Este plato es prácticamente entero (incluida la propia cazuela de barro) hecho con mazapán modelado, aparte de esto, sólo necesitaremos, tinte comestible rojo y negro en pasta, 100 g de dátiles sin hueso, chocolate negro para fundir, unas nueces peladas y mermelada (yo usé de castaña) para el caldo.

   Para hacer el mazapán necesitamos 1/2 kg de almendras molidas, 1/2 kg de azúcar glass y una clara y media de huevo. Lo mezclamos todo y amasamos con las manos. En principio se pone sólo una clara y después se va agregando a poquitos casi otra hasta que la masa ya no se pegue a las manos y sea manejable.
   Dividimos la masa en partes. Un trozo para la cazuela de barro, al que sólo tenemos que añadir un poco de colorante marrón (yo uso los de Wilton) y echarle imaginación para modelar la cazuela (yo me puse una al lado para fijarme) 

   Otro trocito más pequeño para el chorizo, al que sólo tenemos que añadir una gota de colorante rojo, hasta tener el tono que queremos. Después modelamos un churro gordo y cortamos por la mitad para hacer dos chorizos.

   Para hacer el tocino cogemos otro trocito de mazapán como el del chorizo y lo dividimos en dos partes, a una de ella le ponemos una cucharada de chocolate derretido en el microondas con unas gotas de nata o leche. Amasamos muy bien hasta que coja el tono de las vetas oscuras del tocino, dividimos este trozo en dos y los estiramos un poco para hacer unos cuadraditos. Con el trozo que separamos antes y no está teñido, hacemos lo mismo, lo dividimos en dos y los estiramos cuadrados. Ahora ponemos un cuadrado claro, pintamos con agua (el mazapán se queda perfectamente pegado con el agua) y encima ponemos una capa del teñido con chocolate, repetimos la misma operación y cuando tengamos las cuatro capas montadas, cortamos dos trozos de tocino.

   Para hacer la morcilla. Ponemos al fuego 100 g de dátiles sin hueso, junto con una taza pequeña de agua y otra de azúcar a hervir a fuego medio. Cuando ya está una mermelada espesa, le agregamos un puñado (unas 10) de nueces peladas y cortadas en trozos. Retiramos del fuego, le ponemos una gota de colorante negro (el mío extra negro de Wilton), ligamos bien y cuando el color sea homogéneo (de morcilla vamos) echamos la mezcla en un trozo de papel de aluminio que previamente espolvoreamos con azúcar glass y hacemos un rulo, que guardaremos media hora en el frigorifico. Cuando lo saquemos, cortamos las piezas de morcilla, y vereis los trocitos de nueces que dan todo el efecto de las bolitas de grasa.
   Para hacer las fabes, imaginación al poder! pequeñas bolitas de mazapán que simplemente vamos modelando en forma de riñón.

   Sólo nos queda hacer el caldo. Para ello, he puesto una cucharada de mermelada de castaña de La vieja fábrica en un cuenco junto con una cucharada de azúcar, un chorro de vino blanco y otro de agua. Lo calentamos al fuego y cuando tenga la consistencia de mermelada liquida, apartamos.
    Para montar el plato, ponemos los trozos de morcilla, chorizo, tocino y "les fabes", bañamos con el caldo de mermelada y pintamos con un almíbar ligero (hecho con agua y azúcar a partes iguales) la cazuela para darle brillo.

   Desde luego tengo que deciros que queda un plato super llamativo y riquísimo si os gusta el mazapán. Me lo pasé muy bien haciéndolo porque me gusta bastante modelar y además tengo que deciros que cuando mi hija me vio haciendo las fabes, pensó simplemente que estaba haciendo la cena y que su madre hace las legumbres! Qué gracia me hizo, dijo,: "ah que estás haciendo habichuelitas para cenar? vale"  Tiene 7 años y piensa que yo hago todo todo lo que se come, que maravilla de inocencia verdad?