PASTELITOS DE CEBOLLETA Y PARMESANO

 

    Este experimento lo hice hace unos días como guarnición de un plato principal y sólo puedo deciros que teneis que probarlo. No va a ser la última vez que lo haga por que el resultado es delicioso, decidí servirlos en ramequines  (que me compré hace unos meses con toda la ilusión y necesidad que le pongo a cada molde nuevo que entra en casa, y que tal como meto en el hueco que le corresponda, olvido inevitablemente) para servirlos individuales. Pero pienso que en un molde grande tipo flanera o en una tartera de quiche, también sería una manera interesante de presentarlo.

   Cortamos en juliana dos cebolletas, mientras calentamos en una sartén 25 g de mantequilla, cuando esté derretida, ponemos a rehogar la cebolleta hasta que transparente, salpimentamos y le agregamos 70 g de harina, movemos bien para que se mezcle todo y entonces le añadimos 1/2 l de leche (más o menos, yo lo hice a ojo hasta tener una bechamel espesita). Cuando la tengamos lista le ponemos dos yemas de huevo (no echamos la segunda hasta que no se integre la primera) y después 100 g de queso parmesano rallado. Mezclamos todo y retiramos del fuego.

   Montamos a punto de nieve las dos claras que teníamos reservadas y lo añadimos a la mezcla anterior en dos o tres veces, asegurándonos que se integran bien, con movimientos envolventes.

   Engrasamos con mantequilla los cuatro moldes de ramequines (o bien uno  grande) y horneamos a 180º durante 30-40 minutos.