TARTA DE PROFITEROLES

   Llevaba varios días pensando en hacer profiteroles, porque me acordaba de una tarta que le regalamos una vez a mi hermana Noelia que era así, y yo los había hecho hace tiempo, pero no en tarta, así que esta era mi ocasión, domingo cocinero. Por cierto, esta tarta se le mando a Rocio y Jose Manuel de Las recetas de Triana que hace unos días que pusieron sus profiteroles y yo les comenté que este finde haría  esta tarta.

    Es muy sencilla, solo hay que hacer los profiteroles y caramelo. Después se monta en forma de pirámide, se le pone el caramelo por encima y se queda entera pegada.

   Para los PROFITEROLES:  Ponemos en un cazo 300 ml de agua con 100 gr de mantequilla hasta que se funda. Cuando hierva, retiramos del fuego y le añadimos 120 gr de harína tamizada. Se bate con una cuchara de madera enérgicamente (vaya, lo que nos dé el brazo, que a mí el mío no me da para mucho) hasta que la mezcla queda espesa y suave y se forme una bola en el centro. Dejamos enfriar unos 10 minutos.

   Después le ponemos 3 huevos de uno en uno, batiendo y mezclandolo completamente cada vez. Hasta que no esté totalmente integrado no ponemos el siguiente y tendremos una masa espesa y suave.

   Metemos esta mezcla en la manga pastelera y ponemos a precalentar el horno a 200º. En la bandeja forrada con papel vegetal, vamos haciendo bolitas del tamaño de una nuez, separadas entre ellas que después suben y se pegan. Se hornean unos 20 minutos o hasta que hayan subido y estén doraditas. Yo con estas cantidades he tenido para dos bandejas.

   Cuando las sacamos las dejamos enfriar y mientras montamos la nata del relleno, aunque le podeis poner crema u otra cosa que se os antoje.

    Con otra manga a la que le ponemos una boquilla redonda y de punta larga, la vamos clavando en cada profiterol y le metemos un chute de nata.

    Disponemos,  una vez los vamos rellenando, en la fuente de servir.

   Para el CARAMELO:  En un cazo ponemos 150 ml de agua y 300 ml de azúcar,  a fuego no muy fuerte y removemos hasta que se disuelva el azúcar. Entonces lo dejamos hervir,  moviendo de vez en cuando hasta que coja el color que ya sabeis que tiene que coger, el del caramelo. Que no se ponga demasiado oscuro que entonces no se maneja bien porque se seca muy pronto.

   Ya sólo nos queda verter el caramelo desde arriba, encima de los profiteroles, procurando que caiga por toda la superficie para que se queden bien pegaditos.